viernes, 20 de marzo de 2009

Como nuestros abuelos...

El amor junto con ser ese sentimiento maravilloso que nos hace sentir vivos, es por sobre todo una decisión de amar, que tiene que ver con el propósito consiente de querer compartir la vida con el otro.
La responsabilidad de ser feliz es mía, nadie me construye un mundo grato si es que yo misma no trabajo para ello.
Cuando se vive el amor no sólo como sentimiento sino que también como decisión, es mucho más posible que los participantes se quieran comprometer y confiar en la vida como lo hacían nuestros abuelos.
Muchos de los tipos de relaciones de pareja tienen que ver con el mundo de lo desechable, con la mentalidad de que la felicidad se compra y que por lo tanto tengo que tener cosas antes de poder amar.
El amor es una empresa en la que hay que trabajar todos los días, donde hay que cuidar los detalles y trabajar la voluntad ante todo y todos los días.
La estructura que tenga la relación dependerá de la vida y de la confianza que tengamos en lo permanente, en que es imposible mantener una relación sin que hayan conflictos y que la generosidad, la tolerancia y la aceptación junto con la buena comunicación siguen siendo las claves para estructurar una buena relación de pareja, independiente de la estructura que tenga.

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