jueves, 13 de noviembre de 2008

El amor desconoce el deber. El deber es un lastre, una formalidad. El amor es una alegría, un compartir; el amor es informal. El amante nunca siente que ha hecho ya suficiente; siempre piensa que puede hacer más. El amante nunca siente: He complacido al otro. Por el contrario, siente: Me siento complacido porque mi amor ha sido recibido. El otro me ha complacido al aceptar mi regalo, al no rechazarlo.

No hay comentarios: